martes, 6 de agosto de 2013

Editorial No.8

EDITORIAL
“Recuerdo el día que llegué a la universidad por vez primera y experimenté, estoy seguro de ello, el más incómodo de los momentos de mi vida: sentirme señalado, observado y expuesto al escarnio público mientras me gritaban primíparo!!! Ese sonido aturdidor retumbó mi cabeza por lo menos por un par de meses.  En ese momento yo sabía qué significaba la palabra, pero no quería sentirme así. Compañeros universitarios que habían iniciado sus estudios primero que yo ya me habían puesto al tanto.”
Yo
Este enunciado nos recuerda la difícil tarea que, para muchos, es ingresar a la universidad.  Ese momento tan importante en la vida de cualquier persona que parte de algo básico, del reconocimiento primero, primario, podríamos decir “primíparo” de saber que estamos iniciando en algo nuevo.  Eso es lo que nos hace, precisamente,  primíparos, primerizos en el ámbito de la formación profesional.
Y nos atrevemos a decirlo así ya que según la Real Academia Española, la palabra, que por cierto en masculino no existe, la forma correcta es en femenino, primípara, se define como:
 (Del lat. primipăra).
1. f. Hembra que pare por primera vez.
Es decir, somos todos, hombres y mujeres (por aproximación y derivación de esta definición) primeros en algo, no solamente en el acto de parir; cosa que hasta ahora, definitivamente solo es de mujeres.
Somos, en ese orden de ideas, trabajadores primíparos el día que ingresamos por primera vez a un trabajo; escritores primíparos el día que escribimos por primera vez un texto; padres primíparos cuando tenemos a nuestro primer hijo, que de paso sea dicho, se conoce como primogénito (a); estudiantes primíparos por estudiar por primera vez ya sea en un colegio o en una universidad.
Basándonos en lo anterior, entonces ¿por qué es tan vergonzoso que nos digan así?  Creemos que ser primeros en algo lleva consigo una carga emocional maravillosa.  Con algo de miedo, tal vez, pero emocionante.  Iniciar labores como profesional es excitante, recibir el primer sueldo, no tiene precio.  Escribir, revisar, corregir y verse luego leído por otros es una sensación invaluable, siempre recordarás ese primer artículo, o texto que fue publicado.  ¿Y ser papá?  Cargar a tu primer hijo por primera vez… para todo lo demás está Master Card.  ¿Entonces?  Ser estudiante primíparo debe ser igual de fantástico.  Entrar a un nuevo mundo, conocer nuevas personas, nuevos autores, otras formas de ser, de pensar, y todo por primera vez… 
“Pagando la primiparada”
Entonces, ¿qué es ser primíparo?  Esto nos dijeron algunos estudiantes y egresados de la facultad en Facebook.

Aquí está el video sugerido por Kraisler Jahir:
De los comentarios en la red un grupo de estudiantes asocian la palabra con “inicio de una travesía, inicio en algo que desconozco o una primera vez en un lugar”, es decir, nada relacionado con el nacimiento en la academia.
Otros, intentan dar explicaciones filosóficas del término haciendo uso del juego de palabras.
Dos participantes de forma irónica, aluden a la virginidad y a la expresión “nuevón” y un último grupo de estudiantes sí asocian el término con el ingreso a la universidad.  Sin embargo, acuden a la definición diccionarial para aclarar su idea.  ¿Será que no es muy claro, entonces, el concepto?
El uso cotidiano del término no se discute. Por estos días, inclusive, el periódico El Tiempo publicó un artículo sobre unos aspectos que todo primerizo en esto del mundo universitario debe tener en cuenta para no ser tan vulnerable al señalamiento de los estudiantes antiguos (http://m.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/la-gua-del-primparo/11687242); El Heraldo de Barranquilla, en su edición virtual puso tips sobre cómo no caer en primiparadas (http://www.elheraldo.co/revistas/miercoles/actualidad/tips-para-que-no-pases-por-primiparo-en-la-universidad-54361). 
Pero más allá de sentirse primíparo o de no querer que lo identifiquen o molesten por ello, es importante que todo nuevo estudiante que ingresa a la universidad tenga al menos en cuenta que debe saber a qué se enfrenta, conocer la carrera y el pensum que debe cumplir.  Es clave que haga amistades con otros interesados al igual que él, con quienes pueda armar grupos de estudio y planificar los horarios y actividades; y algo determinante, relacionarse con los docentes efectivamente, ver en ellos consejeros y apoyo en todo lo concerniente con la academia.
Bueno, finalmente, ya sea primerizo o primeriza, padre o madre por primera vez, virgen, inmigrante o primíparo de colegio o universidad ¿cuál es el problema? Tal vez sí habría un inconveniente, no saber qué significa.
Algunos de nuestros docentes opinaron sobre su percepción de ser primíparo:  “Lo nuevo, una prolongación del colegio, la rumba, la independencia, las ganas  de hacer o de no hacer,  el descreste, las nuevas disculpas: Mira no puedo, tengo que ir a la U. El cambio, una nueva rutina, lo incierto, mirar a ver si me gusta, esto es lo mío,  hacer el casting, estar en la mejor U del país, esto es muy bueno o muy malo, hacer el oso, conocer gente, ¡qué bueno¡, me mandaron, iba a salir del país pero mejor comienzo aquí, tengo muchos amigos egresados  de esta U., ¿será  que si voy a conseguir empleo?,  ¿cuál  famoso salió de aquí?, mi papá dijo que esta era una buena opción, la busqué por internet, ¿nos harán las bromas que tanto cuentan?, se me nota la cara de nuevo, si hablo fuerte creerán que soy estudiante antiguo. Me siento como extraño ¿será por ser primíparo?” Álvaro Sandoval, coordinador del área de expresión
¿Quién es?, ¿cuánta experiencia tendrá?, ¿será cuchilla? o ¿buena persona? son tan solo algunos de los interrogantes que se leen en el lenguaje corporal de quienes inician su experiencia académica. Cuando el docente establece ese primer contacto ingresando al aula de clase un silencio casi sepulcral recorre el espacio, las miradas van y vienen, los murmullos retumban como una premonición a lo que ocurrirá y nosotros nos convertimos en el foco de atención que ha sido llevado a la picota pública. El estudiante tímidamente trata de descifrar al maestro a través de sus actuaciones, mientras que el profesor asumiendo su posición intenta afianzar su personalidad y transmitir con seguridad sus exigencias y metodología de trabajo. Es ese encuentro el punto de partida de una conexión definitiva que en algunos casos funcionará casi como una fórmula mágica y que en otros tendrá tropiezos como parte del aprendizaje cotidiano.” Ivonne Ortíz, docente de tiempo completo e investigadora.

Bienvenidos tod@s a Inpahu.  Bienvenidos primípar@s.

Edgardo José Paz
Docente de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje

Roberto Gayón Tavera
Decano de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje

No hay comentarios:

Publicar un comentario