martes, 6 de agosto de 2013

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Editorial No.8

EDITORIAL
“Recuerdo el día que llegué a la universidad por vez primera y experimenté, estoy seguro de ello, el más incómodo de los momentos de mi vida: sentirme señalado, observado y expuesto al escarnio público mientras me gritaban primíparo!!! Ese sonido aturdidor retumbó mi cabeza por lo menos por un par de meses.  En ese momento yo sabía qué significaba la palabra, pero no quería sentirme así. Compañeros universitarios que habían iniciado sus estudios primero que yo ya me habían puesto al tanto.”
Yo
Este enunciado nos recuerda la difícil tarea que, para muchos, es ingresar a la universidad.  Ese momento tan importante en la vida de cualquier persona que parte de algo básico, del reconocimiento primero, primario, podríamos decir “primíparo” de saber que estamos iniciando en algo nuevo.  Eso es lo que nos hace, precisamente,  primíparos, primerizos en el ámbito de la formación profesional.
Y nos atrevemos a decirlo así ya que según la Real Academia Española, la palabra, que por cierto en masculino no existe, la forma correcta es en femenino, primípara, se define como:
 (Del lat. primipăra).
1. f. Hembra que pare por primera vez.
Es decir, somos todos, hombres y mujeres (por aproximación y derivación de esta definición) primeros en algo, no solamente en el acto de parir; cosa que hasta ahora, definitivamente solo es de mujeres.
Somos, en ese orden de ideas, trabajadores primíparos el día que ingresamos por primera vez a un trabajo; escritores primíparos el día que escribimos por primera vez un texto; padres primíparos cuando tenemos a nuestro primer hijo, que de paso sea dicho, se conoce como primogénito (a); estudiantes primíparos por estudiar por primera vez ya sea en un colegio o en una universidad.
Basándonos en lo anterior, entonces ¿por qué es tan vergonzoso que nos digan así?  Creemos que ser primeros en algo lleva consigo una carga emocional maravillosa.  Con algo de miedo, tal vez, pero emocionante.  Iniciar labores como profesional es excitante, recibir el primer sueldo, no tiene precio.  Escribir, revisar, corregir y verse luego leído por otros es una sensación invaluable, siempre recordarás ese primer artículo, o texto que fue publicado.  ¿Y ser papá?  Cargar a tu primer hijo por primera vez… para todo lo demás está Master Card.  ¿Entonces?  Ser estudiante primíparo debe ser igual de fantástico.  Entrar a un nuevo mundo, conocer nuevas personas, nuevos autores, otras formas de ser, de pensar, y todo por primera vez… 
“Pagando la primiparada”
Entonces, ¿qué es ser primíparo?  Esto nos dijeron algunos estudiantes y egresados de la facultad en Facebook.

Aquí está el video sugerido por Kraisler Jahir:
De los comentarios en la red un grupo de estudiantes asocian la palabra con “inicio de una travesía, inicio en algo que desconozco o una primera vez en un lugar”, es decir, nada relacionado con el nacimiento en la academia.
Otros, intentan dar explicaciones filosóficas del término haciendo uso del juego de palabras.
Dos participantes de forma irónica, aluden a la virginidad y a la expresión “nuevón” y un último grupo de estudiantes sí asocian el término con el ingreso a la universidad.  Sin embargo, acuden a la definición diccionarial para aclarar su idea.  ¿Será que no es muy claro, entonces, el concepto?
El uso cotidiano del término no se discute. Por estos días, inclusive, el periódico El Tiempo publicó un artículo sobre unos aspectos que todo primerizo en esto del mundo universitario debe tener en cuenta para no ser tan vulnerable al señalamiento de los estudiantes antiguos (http://m.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/la-gua-del-primparo/11687242); El Heraldo de Barranquilla, en su edición virtual puso tips sobre cómo no caer en primiparadas (http://www.elheraldo.co/revistas/miercoles/actualidad/tips-para-que-no-pases-por-primiparo-en-la-universidad-54361). 
Pero más allá de sentirse primíparo o de no querer que lo identifiquen o molesten por ello, es importante que todo nuevo estudiante que ingresa a la universidad tenga al menos en cuenta que debe saber a qué se enfrenta, conocer la carrera y el pensum que debe cumplir.  Es clave que haga amistades con otros interesados al igual que él, con quienes pueda armar grupos de estudio y planificar los horarios y actividades; y algo determinante, relacionarse con los docentes efectivamente, ver en ellos consejeros y apoyo en todo lo concerniente con la academia.
Bueno, finalmente, ya sea primerizo o primeriza, padre o madre por primera vez, virgen, inmigrante o primíparo de colegio o universidad ¿cuál es el problema? Tal vez sí habría un inconveniente, no saber qué significa.
Algunos de nuestros docentes opinaron sobre su percepción de ser primíparo:  “Lo nuevo, una prolongación del colegio, la rumba, la independencia, las ganas  de hacer o de no hacer,  el descreste, las nuevas disculpas: Mira no puedo, tengo que ir a la U. El cambio, una nueva rutina, lo incierto, mirar a ver si me gusta, esto es lo mío,  hacer el casting, estar en la mejor U del país, esto es muy bueno o muy malo, hacer el oso, conocer gente, ¡qué bueno¡, me mandaron, iba a salir del país pero mejor comienzo aquí, tengo muchos amigos egresados  de esta U., ¿será  que si voy a conseguir empleo?,  ¿cuál  famoso salió de aquí?, mi papá dijo que esta era una buena opción, la busqué por internet, ¿nos harán las bromas que tanto cuentan?, se me nota la cara de nuevo, si hablo fuerte creerán que soy estudiante antiguo. Me siento como extraño ¿será por ser primíparo?” Álvaro Sandoval, coordinador del área de expresión
¿Quién es?, ¿cuánta experiencia tendrá?, ¿será cuchilla? o ¿buena persona? son tan solo algunos de los interrogantes que se leen en el lenguaje corporal de quienes inician su experiencia académica. Cuando el docente establece ese primer contacto ingresando al aula de clase un silencio casi sepulcral recorre el espacio, las miradas van y vienen, los murmullos retumban como una premonición a lo que ocurrirá y nosotros nos convertimos en el foco de atención que ha sido llevado a la picota pública. El estudiante tímidamente trata de descifrar al maestro a través de sus actuaciones, mientras que el profesor asumiendo su posición intenta afianzar su personalidad y transmitir con seguridad sus exigencias y metodología de trabajo. Es ese encuentro el punto de partida de una conexión definitiva que en algunos casos funcionará casi como una fórmula mágica y que en otros tendrá tropiezos como parte del aprendizaje cotidiano.” Ivonne Ortíz, docente de tiempo completo e investigadora.

Bienvenidos tod@s a Inpahu.  Bienvenidos primípar@s.

Edgardo José Paz
Docente de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje

Roberto Gayón Tavera
Decano de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje

Especiales - La fábula del Libertador

ESPECIALES

Ideas sobre el libro “La carroza de Bolívar”, de Evelio Rosero.
La fábula del Libertador
Por: Iván René León Garzón
Docente Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
Intentar circunscribir la figura del Libertador Simón Bolívar dentro de uno de los marcos más absurdos de los que podría hacerse uso, el cuento de hadas, parece una tarea ridícula y sin sentido. Absurdo no por el género literario en cuestión, que perdería inmediatamente valor con tan solo mencionarlo. Más bien absurdo por el carácter fantástico del cuento de hadas, su construcción de sueños y su final de castigo que sugiere una revancha sobre el mal que siempre pierde.
Pero volviendo a dibujar la figura del General dentro de este escenario, muy seguramente nos imaginaríamos al hombre investido con su pomposa indumentaria militar sobre “Palomo”, su reconocido caballo blanco, rescatando de las fauces del peligro a una dama en riesgo.
Y es que uno de los temas escondidos dentro de los cuentos de hadas, sobre todo aquellos usados y manipulados por Disney, es la debilidad del género femenino en peligro por su belleza. Es la belleza de la princesa caída en desgracia, su maldición y por esa misma belleza, es salvada por algún príncipe azul, que para el caso, podría ser la figura del insigne caballero Libertador. Sería, para este tipo de literatura, una desgracia ser fea. En estos cuentos no solo se pone en evidencia la debilidad femenina que se sufría en tiempos pasados (me atrevo a decir que ya no es lo mismo), sino también el rédito por las vías de hecho que el hombre como género, se otorgaba con el beneplácito de la sociedad de la época que lo veía natural, una visión darwiniana de los cuentos de hadas.

Dentro de la literatura de Evelio Rosero, “La Carroza de Bolívar” su última publicación, la fantasía de un Bolívar salvador queda destruida. Y más que destruida, Simón Bolívar toma el papel del villano que se ajusta a la realidad contada por el historiador, referente bibliográfico de Rosero, reconocido por ser un contradictor del Libertador: el señor José Rafael Sañudo.
Todos los eventos acaecen en Pasto y uno de los casos en donde Bolívar toma el papel de usurpador, ocurre días posteriores a su entrada a esa ciudad, el 8 de junio de 1822. La víctima es reconocida con el nombre de Josefa (Chepita) Santacruz, hija de un prestante comerciante de las región, don Joaquín Santacruz, cuya iniciativa de invitar a un Chocolate al temido guerrero, era solo por resguardar a través de un compromiso de amistad con el susodicho, la seguridad de sus hijas: Redentora, Prudencia, Severa, Digna, Cirila, Metodia y la menor ya mencionada, Chepita de 13 años.
El autor dibuja en la figura del General, la de aquel que hace uso desproporcionado de su poder y, de manera ladina, habiéndose marchado y agradeciendo la hospitalidad con la que fue recibido, el 10 de junio envía un “destacamento de jinetes” con la misión expresa de apoderarse de la menor. En el “cumplimento del deber”, dichos jinetes “mataron dos cerdos y un asno” además del criado que corrió a ayudar con sus monturas.

La niña fue “usada” por el Libertador durante seis días y luego la devolvió embarazada a Pasto para ser víctima, además, del desprecio de la sociedad de la época. En este cuento de hadas no intervino ninguna hada madrina, los hechos sucedieron con total impunidad, demostrando la crudeza de la realidad que justifica el gran invento del género de la literatura infantil a manera de salvación.
“La carroza de Bolívar” guarda este y otro caso revelado por el historiador y por la labor investigativa del autor. Muchos testimonios contados con nombres propios que a cualquiera podría hacer dudar de la magnificencia del Libertador. Acaso – pregunto – esta visión del General podría derrumbar su pedestal de gloria. La historia será contada por los vencedores y seguramente esa historia no será más que una fábula.

BIBLIOGRAFÍA
Rosero, Evelio. La carroza de Bolivar. Tusquets Editores México, D. F. Segunda parte. 2012:194.
Sañudo, José Rafael. Estudios sobre la vida de Bolívar. Editorial Cervantes, 1949.

Video - Cucunubá: La joya de Cundinamarca

VIDEO
Cucunubá la joya de Cundinamarca

Artículos - Símbolo de resisitencia

ARTÍCULOS

El 6 de junio del presente año se informó a través de los medios masivos la indemnización otorgada por la Nación al ganadero Huilense Ismael Díaz Gaitán, asesinado en 2003.
En torno a este mismo hecho, La39.co publica dos crónicas cortas a manera de antecedentes, realizadas por la periodista y docente de la Institución, Adriana Palacio Garcés durante el 2003 para el periódico El Tiempo.
Los presentes textos estarán incluidos en el libro "Historias de bien acá" en proceso de edición y publicación por parte de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje de la Institución Universitaria INPAHU.


Símbolo de resistencia
Por: Adriana Palacio Garcés
Docente Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
Ni siquiera en época de Navidad estuvo tranquilo Ismael Díaz, el ganadero huilense que siempre se ha negado a contribuirle económicamente a las Farc.

Como regalo del Niño Dios, a la casa de este hombre, ubicada en un céntrico barrio de Neiva, fue lanzada una granada pasadas las 8 de la noche, como uno de los tantos intentos para acabar con su vida. La maniobra fue repetida el 31 de diciembre a las 7 de la mañana.
Los terroristas no querían que terminara el año con vida, dijo el viejo Ismael, como lo llaman sus amigos, y quien a los 81 años se convirtió en víctima y héroe para el sector ganadero y los habitantes del sur del país, y en símbolo de resistencia para la guerrilla.
Es que en el cuerpo de ese viejo que tiene algo raro que lo protege. -se enteró que así lo comentan los guerrilleros- tiene incrustados 10 proyectiles recibidos en 12 atentados. También le han robado más de cinco mil cabezas de ganado, dinamitado tres fincas y desterrado de otras dos. Ha visto morir a sus conductores y acompañantes y caer heridos a algunos de sus nietos que lo acompañaban en sus travesías.
Siempre se ha negado a dejarse vacunar. Pese a las amenazas que empezaron en 1970, él continúa al frente de sus negocios basados en el trabajo del campo.
A los 16 años empezó a vender cebolla. Con las ganancias compró una parcela, después el ganado y así logró amasar su capital.
Ismael ha vivido muchos momentos de zozobra en su vida que ya cumplirá 82 años el próximo 2 de febrero. Incluso, en 1970 fue secuestrado durante una semana.
En esa época pagué por la liberación 300.000 pesos, que fue como pagar ahora unos 500 millones, pero ese secuestro me sirvió mucho para entender que, así como uno tiene miedo cuando lo secuestran, ellos- los secuestradores- - también se asustan mucho, dice.
Agrega que: Los trataba mal y los retaba a que me mataran, pero ellos no son capaces y siempre trataban de que no me pasara nada, por la plata. Ahí aprendí que no se les debe tener miedo. Ellos también se mueren y casi siempre le tienen miedo a la muerte, expresa en tono pausado.

Cerca de la muerte
Con cierto orgullo, Ismael cuenta que cuando lo iban a secuestrar en inmediaciones del mercado campesino del barrio Calixto de Neiva -julio de 1999- , la guerrilla había escogido a sus mejores hombres, tal vez a los más aguerridos, pero se enteró de que muchos se negaron a participar en el plagio porque lo consideraban como un hombre sobrenatural, que hasta el diablo lo cuidaba.
Los guerrilleros, que lo esperaban, abrieron fuego cuando lo vieron. El y sus hombres respondieron con tiros de escopeta. Sin embargo, uno de ellos alcanzó a cogerlo y a maniatarlo, apuntándole siempre con un revólver.
Yo saqué fuerzas de donde no las tenía, lo empujé, le quité el arma y le disparé... Lo único malo de todo esto fue que me mataron a Milcíades, mi conductor.
Desde que el gobierno de Andrés Pastrana entregó a las Farc los cinco municipios que componían la zona de distensión para adelantar los diálogos de paz, Ismael sufrió, tal vez como ningún otro colombiano, los rigores del conflicto armado.
Primero, las Farc le robaron las 3.500 cabezas de ganado que tenía en San Vicente, por lo cual instauró una demanda al Estado. Luego se incrementaron las amenazas y boleteos, a los cuales nunca ha cedido y le han dejado fincas destruidas y amargos recuerdos.
A ellos no les ha bastado con robarme lo que han querido, sino que además han intentado matarme, hacer lo mismo con mi familia y a todo el que esté a mi lado.
A uno de sus nietos le pegaron dos tiros en uno de los atentados, cuando la guerrilla le quemó la finca El Iguá en Campoalegre.

Prisionero en su casa
Ismael, que vive con su esposa María Esther Lozano de Díaz, y ya casi no sale de su casa, tiene ocho hijos- cinco hombres y tres mujeres- - que lo visitan de vez en cuando. Ellos tuvieron que salir de Neiva.
El, que no tiene pelos en la lengua, asegura que la única opción para sacar adelante el país es con alguien que tenga cojones como el ex presidente peruano Alberto Fujimori.
Yo creo que Uribe es como un Fujimori y eso es lo que necesitamos, un tipo verraco. Y es que para Ismael, el Estado colombiano está lleno de arrodillados... de gente que no tiene claro ni para dónde va.
El valor de decir lo que se piensa en un país como Colombia y en un departamento como el Huila tan azotado por la violencia y permanentemente rodeado de grupos al margen de la ley, no es fácil.
Pese a esto, Ismael, asegura que lo único que le pide a Dios y a la Virgen Santísima, es que lo favorezcan para que no tenga que morir en manos de la guerrilla.
El Tiempo 19 de enero de 2003


La última vida de Ismael Díaz
Por: Adriana Palacio Garcés


Ismael Díaz, un ganadero que sobrevivió a ocho atentados de las Farc y que nunca cedió a sus extorsiones, fue encontrado ayer en la madrugada en la capital huilense, al lado de su cama, con un tiro en la nuca.
A las cinco de la mañana, como de costumbre, su empleada doméstica entró a la habitación con una taza de agua para él. Díaz estaba en el piso, envuelto en una sábana blanca y abrazado a su almohada. La empleada pensó que se había caído, pero al tratar de despertarlo encontró su cara manchada de sangre.
Poco después, el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía realizó el levantamiento del cadáver.
Las autoridades no tienen aún ninguna pista que conduzca a determinar quién ingresó a la residencia sin hacer el menor ruido, ni cómo disparó y volvió a salir.
Se cree que el asesino utilizó una pistola 9 milímetros con silenciador. Las hipótesis iniciales apuntan a las Farc, que intentaron asesinarlo en varias ocasiones y que también han tratado de secuestrar, extorsionar y hacerles daño a sus seres queridos.
También se habla de la posibilidad de un robo, pues el anciano (84 años) guardaba en su casa bolsas con grandes cantidades de dinero.
Por las continuas amenazas contra su vida, Ruiz contaba con un grupo de escoltas integrado por 10 hombres, pero éstos solo lo cuidaban cuando salía de la casa.
En una de sus últimas declaraciones a EL TIEMPO, el acaudalado personaje señaló: Las Farc me han robado 4.282 cabezas de ganado y me han obligado a abandonar cuatro fincas, una de ellas de 3.120 hectáreas y ubicada en el municipio de Baraya. Esto, sumado a ya no sé cuantos atentados, que me han dejado secuelas por todo el cuerpo, además de dolor y miseria.
A Ruiz no le preocupaba que lo mataran, pues estaba convencido de que su vida estaba en manos de Dios.
Sus exequias se realizarán hoy, a las 10 de la mañana, en Jardines del Paraíso.
El Tiempo 14 de junio de 2003

Artículos - Prólogo Magayzines

ARTÍCULOS

Prólogo Magayzines
Magayzines es un libro, producto del proyecto de grado del Alejandro Morales, que será el primer libro de un estudiante publicado por la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje. Aquí presentamos el prólogo.

Para los seres humanos dejar de ser invisibles es bien difícil, en especial si no se logra ser un personaje público. Las minorías sexuales fueron invisibles durante mucho tiempo, tal vez por ello el hecho de que los homosexuales, maricas y gay quisieran comunicar sus pensamientos -ya fuera con fines comerciales o eminentemente políticos-, fue fundamental en la consolidación de los medios de comunicación producidos por éstos.
Cada medio y cada escritor han construido una representación cultural a partir de la cual determinan no sólo quién, sino además qué y dónde se publica; ello se evidencia especialmente cuando quien escribe es o no propietario del medio y, aún más, cuando el posible lector, medio, director, editor y escritor tienen una orientación sexual explicita, como sucede con los medios publicados por y para homosexuales.
El estudio de las revistas como reacción a la política de la identidad excluyente o como reafirmación del “deber ser” de los homosexuales tiene una gran significación ya que los medios producidos por los maricas les permitieron a estos tener más visibilidad y abrir el camino para demandar ciertos derechos civiles.


La importancia de los primeros aportes del Movimiento Homosexual, que se refleja en algunos de sus medios de comunicación y se niega en otros, estuvo en crear las condiciones teóricas, prácticas y emocionales para que otros homosexuales, maricas y gay (además de otras personas, en otras identidades sexuales, de cuerpo y de género) pudieran darse cuenta, al igual que nosotros lo hicimos, de que la pervertización culpabilizada en la que querían ubicarnos tenía como epigénesis lo que hasta ese momento era imposible: La abolición de los límites entre lo intimo y lo público. Límites que posteriormente también han sido trascendidos por personas no identitadas y post-identitarias.
En Colombia, múltiples han sido los intentos de los homosexuales, muchos menos los de las lesbianas y casi nulos los de las personas transexuales, travestis y bisexuales por crear publicaciones que los tengan como población objeto. Entre esos intentos se destacan, por su permanencia en el tiempo, dos publicaciones bogotanas de las últimas dos décadas del siglo XX, que tuvieron circulación nacional: Ventana Gay (agosto de 1980, 23 números) y Acénto (noviembre de 1997, ocho números). Dos publicaciones bastante diferentes entre sí en la mayoría de sus aspectos, aun cuando tuvieron en común una orientación homosexual y que sus directores, editores, escritores y lector también lo eran en su gran mayoría.
Sobre Ventana Gay y Acénto, como corpus de análisis, se realizó la investigación de Roberto Alejandro Morales Rubio que aquí se presenta; un trabajo que por su profundidad y seriedad investigativa y metodológica dista substancialmente de un típico trabajo para obtener un título de pregrado, y que además es de gran importancia por el momento histórico que atraviesan los movimientos de minorías sexuales colombianos, lo cuales continúan en pos de sus derechos sociales, culturales y sexuales en un país caracterizado por su LGBTfobia, sus múltiples crímenes de odio y la presencia de muchos homosexuales y gay que generalmente recurren a la negación, para evitar reconocerse política y conceptualmente como maricas. Tal vez, por ello vale la pena decir que la Ventana Gay debió llamarse Ventana Marica como bien lo decía yo en sus momentos, y es preciso acentuar que Acénto siempre fue gay, en su versión más light.
Morales Rubio no sólo es un Comunicador Social quien se interesa por la maricada, es un conocedor del papel contracultural que las minorías sexuales juegan en el cambio de la sociedad y la cultura, ya que, en su carácter contracultural y como minorías, son dinamizadores continuos y permanentes de la sociedad; ellos mismos y sus vivencias son cultura dado que la sexualidad más que un hecho biológico es un hecho cultural.
Al ser el deseo y las sexualidades construcciones socioculturales; y la vivencia, explicación y emociones generadas por ellas eminentemente particulares, se pone en tela de juicio el significado de masas y se incrementa el sentido de la marginalidad y la particularidad; por supuesto, para quienes hoy siguen el modelo falocrático de la jerarquía de poder y la representatividad organizacional aún no es clara la relación entre el significante y el significado, por cuanto siguen creyendo que esos pequeños cambios conseguidos en la norma jurídica son el fin y no el medio para transformar la cultura -y con ella la sociedad y sus relaciones de poder-. La verdadera enemiga es la civilización y especialmente lo es la cultura.
Las masculinidades, las feminidades, los tránsitos identitarios y las orientaciones sexuales se construyen con referentes hegemónicos, se vivencian de una manera particular en cada espacio-tiempo y persona, pero además tiene referentes comunes en diferentes países e incluso continentes; por ello, esta exploración, que a la vez es un llamado de atención a la necesidad de comprender los márgenes y las marginalidades, abre las puertas a una línea de estudios que posibilita no sólo comprender las diversidades sexuales, sino especialmente los movimientos contraculturales y contrasexuales; igualmente, el poder que la masculinidad hegemónica y su concepción de la homosexualidad poseen para determinar las vivencias, las explicaciones y las emociones que las sociedades, los directamente afectados -y en muchos casos los mismos estudiosos y lectores- dan a las/sus sexualidades.
En cuanto a medios de comunicación orientados a la masa, a la población en general, es pertinente mencionar y recordar que éstos, en Colombia, han abierto sus páginas, pantalla y micrófonos al tema de la homosexualidad y a los homosexuales, aun cuando ello ha requerido una gran constancia de los interesados para que sea así. Revista Semana fue el primer medio de amplia circulación en solicitar a una persona homosexual en Colombia publicar un artículo, éste apareció en el número 16, el 20 de septiembre de 1982 y se tituló Hacia una liberación gay. La misma revista fue pionera en publicar en la Web un artículo relacionado con homosexuales; Política Sexual en Colombia salió a la luz pública el 3 de septiembre de 2001, en la edición 1005, en la sección “Opinión on line”. Dejémonos de maricadas fue el primer blog con temática homosexual publicado en Colombia; el primer post se difundió en Semana.com el 10 de noviembre de 2006 y su título fue Salir o no salir: esa es la cuestión. RCN Radio fue la primera cadena radial en invitar a un homosexual a colaborar de manera ocasional es un programa de emisión diaria; la invitación vino de parte de Marta Lucía Palacio en su programa Hablemos de sexo. La primera entrevista en la televisión fue realizada en 1979 en el Noticiero de las Siete por el periodista español José Fernández Gómez, siendo directora Cecilia Orozco. La persona invitada en estas cinco oportunidades fue el mismo ser que escribió estas líneas.
Manuel Antonio Velandia Mora

Multimedia - Erotismo y pornografía

MULTIMEDIA
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Narrativas - EL PREGÓN DE UN AMOR

NARRATIVAS

EL PREGÓN DE UN AMOR
Por: Edgardo Paz
Docente de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
 
YO, FELIPA
"Era lo que parecía: un anciano servicial y serio. Tenía el cuerpo óseo y derecho, la piel parada y lampiña, los ojos ávidos detrás de los espejuelos redondos con monturas de metal blanco, y un bigote romántico de punteras engomadas, un poco tardío para la época. Tenía los últimos mechones..." ¡Mama, mama mí!, ¡Mama, mama, mama mí! Irrumpió a gritos Celia, la hermana menor de Felipa. ¡Cállate, por el amor de Dios, no ves que estoy descubriendo el hombre de mi futuro! Nunca nadie antes había descrito a Fela, un hombre tan bien como Gabo, Gabriel García Márquez, Gabo, para sus amigos, en "El amor en los tiempos del cólera"; para ella esa figura escuálida de setenta y seis años era perfecta, incluso más que aquel hombre viejo con alas enormes.

Y es que Felipa era amante de las lecturas del nóbel. Lo descubrió una tarde de junio con tan sólo diez años. Su madre, Rafaela de Jesús de Reyes, le estaba haciendo sus moñitos; dizque para que no se le enredara el pelo y su tía Cruz Perpetua leía en voz alta al último escritor famoso del momento, un tal García Márquez, que impactaba por su vocabulario tan grosero y tan parecido al de ella. Así lo conoció, lo escuchó y quedó prendada. Felipa Reyes, palenquera de nacimiento y con un futuro, más que el del hombre de sus sueños, bien definido: una porcelana, una rodillera y un pregón.

EL INICIO DE UNA HISTORIA
Era el año de 1975. Cartagena madrugaba con el sonido del mar, el vaivén de los almendros y el aletear de las mariamulatas. Todavía se enseñoreaba de ser la heroica, conservaba sus puentes tal y como eran, los laboratorios Román ganaban plata con la Curarina y el pan del momento era el pan Bechara. En esa Cartagena, de sueños y emociones, nació Felipa. Nació con sudor de trabajo, con olor de maní y alegría, con ganas de ser. Nació en el barrio Nariño, el barrio de las palenqueras.

Su madre hacía nueve años que había salido de San Basilio para ir a la ciudad y asentarse allí. Viajar constantemente desde el pueblo a Cartagena y devolverse no era nada grato más cuando el madrugar no era sólo para trabajar sino también para ser madre y esposa.

Fela creció con esa realidad. A las cinco de la mañana, su madre la despertaba, la bañaba y la vestía para ir a la escuela; se quedaba haciendo el aseo y los oficios de la casa. A las seis treinta estaba rumbo al mercado para recoger la fruta que vendería en el día. Caminar por las calles de un corralito de piedra que era como el encierre de todos sus sueños, con calor, con sed y hambre. Volver a la casa, hacer el almuerzo, terminar de arreglar, hacer la cena y echarse a dormir para comenzar una vez más al día siguiente. Y eso, si el marido la dejaba. Los palenqueros permanecen en casa para que cuando sus mujeres lleguen los atiendan en todas las labores del sexo y el amor. El marido no debe estar nunca cansado, debe siempre responder como hombre en la cama.

Felipa Reyes, Fela, la famosa Fela, la palenquera, la niña amante del escribidor no quería pasar por lo mismo. Para ella ese vivir era como una "crónica de una muerte anunciada".

¡PLAAATANITO, AGUACATE, MANGOOO!Afortunadamente pensaba así. Ella vivía el día a día buscando superarse, buscando saber más, buscando a ese hombre de aquella historia que tanto la impactó. Pero igual, no podía, tampoco, negar una realidad. Tenía que trabajar, tenía que ayudar a su madre que tanto luchó por ella, intentando darle una educación.

¡Plaaatanito, aguacate, mangooo! Pregonaba. Gritaba. Vociferaba. Era todo su pulmón, toda su voz en algo que no la apasionaba. Por lo menos hasta ese día. Ese día, que iba caminando por la calle de Tumbamuertos. Ese día que sentía que algo le iba a suceder. Y así fue. Serio, servicial, derecho, piel parada, lampiña, espejuelos redondos en metal y bigote romántico. Allí estaba, frente a ella, su hombre, su futuro. Sacado del libro de García Márquez.

Ildefonso Miranda Salgado. Setenta años. Pensionado de las Empresas Públicas de Bolívar. ¡Qué más pedir!. Sus ojos negros encendidos brillaron, sus anchas caderas bailaron, sus gruesos labios, secos y jipatos, se enrojecieron y humedecieron, sus oscuros, pero oscuros pómulos negros se sonrojaron. Felipa Reyes de Miranda porque así tenía que ser según la ley divina y ella así lo quería, quedó enamorada. Felipa Reyes de Miranda. De Miranda, que lindo se oye, pensó, mientras le escuchaba hablar con un amigo y le despachaba una ensalada de frutas tal y cual él la había pedido: "...con todas las de la ley, mi negra".

Cuatro meses más tarde, con dieciocho años cumplidos la iglesia de María Labaja celebraba el matrimonio de la pareja. Él, del cuagro Paraíso, y ella, por descendencia, del cuagro La Estrella. Se unían, él un palenquero de nacimiento con ella, una palenquera de profesión. Tuvieron cinco hijos, dos ya murieron, qué curioso el cólera los mató. Fela cree que el destino le cobró lo que le dio. Su historia hecha realidad. Sin embargo, desde el momento del casorio y frente a tanta felicidad decidió cambiar su pregón. Ahora gritaba ¡Aleeegríaaa, alegría con coco y anís...! No gritaba sólo un producto, gritaba también su ser, su ilusión.

EN SILENCIO
Cada noche, en la tranquilidad de su cuarto Felipa agradecía a su Dios. Él, Ildefonso, le rezaba a su patrón, su patrono San Basilio. Y no importaba a quién rezarle, igual era por la misma felicidad que estaban agradecidos.

Ahora por las mañanas él es quien pela el maíz, hace los bollos, limpia el arroz, pela la yuca, ralla el coco y vigila las ollas y el fuego, porque ella ya alistó a los niños, ya dejó listo el desayuno, ya salió a gritar, a camellar. Qué amor. "Del amor y otros demonios" era ahora, y así sucedió, el destino de esta mujer.

Un jueves de mañanita bajo la sombra del palo de caucho que había enfrente de la casa, Ildefonso murió. Un mordisco de perro al que no le puso cuidado hacía unos meses lo afectó en el corazón y un paro cardíaco acabó con su vida. Fela lloró. Bastante. Aún en contra de su tradición. Según ésta cuando alguien muere hay que festejarlo, pues pasó a mejor vida. Pero ella, siempre alejada de su pasado, sí sintió el peso y el dolor del amor ido.

Durante un tiempo se encerró y no probaba bocado. Hasta que recordó el olor de almendras amargas de los amores contrariados. Olor que sintió esa tarde que lo conoció. Algún día, de algún año, en la calle de Tumbamuertos. Entonces dejó de llorar. Pensó que tenía que ser así. Esa era su historia: un amor en tiempos de cólera, un amor de demonios, un amor de cien años de soledad.

Él "... había gastado mucho dinero, mucho ingenio y mucha fuerza de voluntad para que no se le notara los 76 años que había cumplido el último marzo, y estaba convencido en la soledad de su alma de haber amado en silencio mucho más que nadie jamás en este mundo", pensó. Y sí, Felipa Reyes de Miranda comprobó, al igual que Florentino Ariza, el protagonista del libro de Gabo, que el amor es para toda la vida. Porque en silencio también ella amó. Y en silencio se sienten las pasiones, fuertes, ráudas, altivas, con son, así, igualitico, y de eso no hay la menor duda, a como una palenquera hace su pregón.
¡Plaaatanito, aguacate, mangooo!



En memoria de Felipa Reyes, la palenquera amiga de mi familia y amiga personal.